Descartes demuestra la existencia de Dios diciendo que nada de lo que ve existe. Por ende si él piensa algo tan perfecto pero él no es perfecto, piensa que tiene que existir alguien perfecto, Dios. Como Dios es bueno el no va a dejar que el crea mentiras, Dios le va a mostrar la verdad.
Su planteo demuestra un principio de causalidad porque Dios tiene que existir ya que el efecto no puede ser mayor que la causa y los grados de perfección; el es imperfecto entonces tiene que existir algo perfecto (que lo haya creado): Dios.
Todo esto tiene que ver con su frase de "Cogito Ergo Sum" (pienso, luego existo) ya que antes que nada Descartes duda de la existencia de todo (Dios inclusive) y a partir de esto comienza con su teoría: aunque dude de todo, no puede dudar de que piensa (y, por ende existe). Y luego, concluye que si hay una idea de Dios en él, es porque Dios allí la depositó.
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